Según fuentes internas, la Comisión Europea está estudiando la posibilidad de imponer aranceles a la importación de cereales procedentes de Rusia y Bielorrusia, en un intento de calmar el descontento de algunos Estados miembros y agricultores europeos por la afluencia de productos agrícolas ucranianos.
Según se informa, la Comisión Europea propondrá la imposición de un arancel de 95 euros por tonelada métrica (unos 103 dólares) a los cereales procedentes de Rusia y Bielorrusia, y un arancel del 50% a las semillas oleaginosas y sus derivados. Sin embargo, estas cifras aún deben ser confirmadas.
Cabe se?alar que esta política arancelaria solo se aplicará a los productos agrícolas procedentes de Rusia y Bielorrusia que se destinan al consumo interno de los 27 Estados miembros de la UE, y no se extenderá a las mercancías que transitan por la UE con destino a otros países terceros.
Esta medida se considera un recurso provisional de la UE para equilibrar los intereses de todas las partes. Desde el estallido de la guerra en Ucrania, una gran cantidad de productos agrícolas baratos de Ucrania han ingresado a la UE a través de países como Polonia y Rumania, lo que ha provocado un fuerte descontento entre los agricultores de la UE. Consideran que, bajo la presión del "Pacto Verde Europeo", la afluencia de productos ucranianos sin duda ha agravado las dificultades de supervivencia de la agricultura de la UE.
Algunas organizaciones de agricultores incluso han pedido a la UE que cierre temporalmente las fronteras y prohíba la entrada de productos agrícolas ucranianos. Pero la UE insiste en que debe apoyar a Ucrania y no puede asfixiar su principal vía de exportación. Por lo tanto, la imposición de aranceles a los productos agrícolas de Rusia y Bielorrusia parece ser una solución de compromiso.
Sin embargo, los comerciantes se?alan que, en comparación con Ucrania, la cantidad de productos agrícolas que Rusia y Bielorrusia exportan a la UE es muy limitada, por lo que esta medida arancelaria tiene en gran medida un significado simbólico y su efecto real podría ser limitado.
En general, esta medida de la UE tiene como objetivo aliviar la presión de los agricultores locales y, al mismo tiempo, evitar el corte total del suministro de productos agrícolas ucranianos a Europa. Pero la UE aún debe reflexionar más sobre cómo resolver realmente esta situación difícil.